A VIEW TO A KILL
1985

Dirección: John Glen
Guión: Richard Maibaum y Michael Wilson
Música: John Barry
Fotografía: Alan Hume
Reparto: Roger Moore, Christopher Walken, Tanya Roberts, Grace Jones, Patrick MacNee
Argumento: el hallazgo de un potente microchip en Siberia pone al servicio secreto británico tras la pista del empresario Max Zorin. La misión de investigarlo recae en James Bond, quien descubre los planes de Zorin de dominar el mundo a través de avanzados chips.
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Entrega catorce de la franquicia 007 y última ocasión en la que el personaje de James Bond fue encarnado por el caduco (58 primaveras)
Roger Moore, aún más inexpresivo por la cantidad de liftings que ya llevaba encima. Y no sólo
Moore, pues también se despide de la serie
Lois Maxwell, la entrañable Monneypenny durante todas las entregas anteriores.
La película, pese a no salirse en nada de los cauces establecidos por sus predecesoras, resulta al menos un entretenido film de acción en el que el espectáculo de algunas escenas (la persecución en un camión de bomberos, la lucha final en el puente del Golden Gate, etc) y la presencia de dos gloriosos villanos - el megalómano psicópata Max Zorin al que da vida el gran
Christpher Walken y su acolita May Day, encarnada por una inolvidable
Grace Jones que supera en virilidad a toda la plantilla masculina del reparto - logran que el producto remonte el vuelo por encima de los flojísimos títulos previos.
Los nostálgicos de los sesenta reconocerán a
Patrick MacNee, el Mr. Steed de la mítica serie
Los vengadores, como uno de los colaboradores de Bond, y los nostálgicos de los ochenta disfrutarán escuchando a los algo olvidados
Duran Duran interpretando el
tema principal.