TOMORROW NEVER DIES
1997

Dirección: Roger Spottiswoode
Guión: Bruce Feirstein
Música: David Arnold
Fotografía: Robert Elswit
Reparto: Pierce Brosnan, Michelle Yeoh, Jonathan Pryce, Teri Hatcher, Nuri Mediavilla, Judi Dench
Argumento: James Bond investiga el misterioso hundimiento de un buque militar británico en aguas orientales. La increíble rapidez con la que la prensa del magnate Elliot Carver ha dado la noticia lo convierte en el principal sospechoso. Bond descubrirá un plan de Carver para hacer estallar una guerra entre el Reino Unido y China.
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Extraño título (debido a un error de trascripción, originariamente debía ser
Tomorrow never lies) para la segunda incursión del guaperas
Pierce Brosnan en el papel del espía que ya habían inmortalizado antes
Sean Connery y
Roger Moore, en vista del clamoroso éxito de taquilla de la anterior,
Goldeneye. Mera monotonía de escenas de acción (Bond en moto perseguido por un helicóptero, Bond manejando un coche con un mando a distancia, Bond saltando de una azotea agarrado a una pancarta, etc) que no dejan a penas un momento de respiro, y aún así mejor, porque las supuestas escenas dramáticas no convencen ni a la de tres (Bond reencontrándose con una ex-novia interpretada por la mujer desesperada
Teri Hatcher).
Lamentable porque desaprovecha la estupenda idea original de un magnate de la información capaz de lo que sea con tal de vender prensa y telediarios, incluso de provocar un conflicto internacional para tener la exclusiva. Ni siquiera un actor usualmente correcto como
Jonathan Pryce (aquí limitado a un molesto histrionismo) logra sacar adelante un personaje que daba para bastante más.
Quizás la peor de las cuatro películas que ha llegado a protagonizar
Brosnan, con
David Arnold ya en la BSO,
Roger Spottiswoode (realizador de clásicos como
Socios y sabuesos o
Alto! o mi madre dispara) en la dirección, y
Sheryl Crowe interpretando el
tema de apertura.