Lo que el trailer (esa maldita escuela capaz de cambiar completamente una película) prometía era un filme lleno de acción y tiros cada cinco minutos, pero en realidad, es como meter una bolsa de palomitas en el microondas. Al principio no pasa nada, pero luego oyes un pop, y otro, y acabas con una ensalada de tiros.
La película, además, gana en un segundo visionado, con las cartas sobre la mesa.
Estoy de acuerdo en que es un exceso para lo poco que ha hecho Carnahan dentro del cine (supone su segunda película en cines, y la tercera que ha hecho, si contamos Sexo, Balas y Gasolina; también ha hecho Ticker, de BMW, un corto SOBERBIO que recomiendo su visionado en Youtube o como sea), pero eso no significa que no tenga calidad.
Y aunque la cámara pueda desenfrenarse en ocasiones, no es como el último Michael Bay (el de la penosamente dirigida La Isla) o Tony Scott (¿cómo se puede pasar de Spy Game a Domino?): en Ases Calientes sabes en todo momento lo que está pasando. Contiene algunas de las mejores escenas de tiroteos de estos años. A destacar la flipada con el rifle antitanques, cuya escena está rodada casi como una película bélica.
Respecto a los protagonistas, son una colección de freaks a cual más pintado, donde destacan por méritos propios los tres neonazis (impagables sus vidas... y SPOILER sus muertes, con cierta motosierra de por medio... FIN SPOILER), el niño karateka o "Mortadelo" (esto lo pillareis una vez vista la película).
Además, marca Carnahan, con un giro de guión al final que, en parte, se veía venir.
No es una obra maestra, desde luego, pero sí es una buena película para pasar el rato y bastante superior a otros supuestos thrillers criminales. El giro final me hizo pensar que esta película se le ocurrió al hacer el corto de Ticker.
Por cierto, no entiendo la manía de comparar con Quentin Tarantino, si acaso, sería con Guy Ritchie. Tarantino suele plasmar las tramas enmarañadas temporalmente, no hace un guión lineal, sino que salta de un momento a otro en el tiempo. Además, es más tradicional con la cámara...
Pero claro, Tarantino dejó una huella en el actual cine negro (del mismo modo que Miller en el cómic), haciendo que algunos de sus conceptos parezcan ineludibles dentro del género. Ese hueco que Tarantino ha dejado, ahora que ya está consagrado y se dedica libremente a sus excesos, muchos críticos se empeñan en llenarlo de forma forzada.
Porque tanto Tarantino, como Ritchie, como Carnahan tienen formas diferentes de narrar y plasmar una historia.