The horse soldiers , 1959
Director: John Ford
Guión: John Lee Mahin y Martin Rackin, basado en una historia real novelada por Harold Sinclair
Música: David Buttolph
Fotografía: William H. Clothier
Montaje: Jack Murray
Intérpretes: John Wayne, William Holden, Constance Towers, Judson Pratt, Hoot Gibson, Ken Curtis, Willis Bouchey, Bing Russell
En 1863, durante la Guerra de Secesión, el ejército del Norte necesita urgentemente tomar Vicksburg y la única manera es cortar el abastecimiento de la ciudad. Para ello habría que adentrarse en territorio enemigo y destruir el nudo de comunicaciones de la estación Newton, pero si bien llegar hasta allí atravesando trescientas millas de territorio enemigo resulta muy difícil, regresar después es imposible. El coronel Marlowe (John Wayne) asume la misión y parte con un destacamento de caballería, pero durante el viaje surgirán discrepancias con el médico del regimiento, el mayor Kendall (William Holden), de manera que las tensiones entre ellos irán en aumento. Otra complicación inesperada será una dama sudista que descubre sus planes, por lo que tendrán que llevarla con ellos para que no informe a los rebeldes.
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Gran película, infravalorada, y llena de detalles (y detallazos) que echan por tierra muchos de los tópicos que se han escrito sobre Jonh Ford.
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ese ejército rebelde compuesto casi de niños, ¡dos de ellos con paperas! Mierda de guerra. Ese Wayne tipo duro gritando ¡yo no quería esto!
Y los tópicos que aparecen son de gran hondura y belleza
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lo que para Marlowe significa volar el ferrocarril, de dónde procede su desprecio por los médicos, y sobre todo esa maravillosa secuencia final, la voladura del puente, con que morosidad se fuma el cigarro, se ata al cuello el pañuelo de su amada mirándola quizás por última vez, y acto seguido rompe el hechizo con una chulería, una soberbia cabalgada y una explosión... y la película nos deja así, no acaba con un beso, claro, después dicen que es una película menor, con un final tan desconcertante... lo de siempre, se niegan a apreciar a Ford por sus innovaciones, sólo les gusta cuando repite esquemas, en este western no se atan todos los cabos al final, y no sale Monument Valley, por lo tanto es un Ford menor ¡no me jod...!
Wayne muy bien en su papel, pero Holden sublime como uno de los muchos, todos ellos entrañables, médicos que aparecen en las películas de John Ford. Alguien debería hacer un sesudo estudio sobre el concepto que Ford tiene de los médicos y no sólo de la caballería. Personalmente es mi western favorito de Ford, aunque ya sé que me vais a zurrar... pero no me dolerá si después me cura el doctor Kendall, o el doctor Arrowsmith, o la doctora Cartwrigh, o... (bueno, si puedo elegir, mejor Kendall, ainsssss)